Dulce boca, que pronto implora
que sin querer, tu alma devora.
Néctar caliente que escupe,
seduce y enamora
y en edad temprana
el poder pregona.
Quiere escarparse
de sus frágiles ataduras,
más cuando lo hace
sufre, llora y llora.
Y es que no entiende
donde esta metida
solo sabe que una lengua,
la seduce y la corrompe
hasta que escupe fuego
y se torna arrolladora.
¿Donde vas, cautivadora?
¿Por que siembras la blasfemia
en su alma soñadora?
No perturbes su moral
ni le hagas tanto mal,
que por escuchar tu palabra,
se ha vuelto sordo
y un tanto inmoral.
¡Y es que sufre
de un mal muy común
creerse ballena
siendo solo atún!
Y es aducido de forma brutal,
por una semilla, (la semilla del mal)
que le esta dominando
y haciéndole cambiar.
¡Ay Señor, tú que todo los puedes
haz que se aparte del fuego del diablo
que no queme su dulce corazón,
que no envenene su sangre,
ni le provoque e involucre
en ninguna malévola acción.
POR MARISA DEL OLMO
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