POEMAS ERÓTICOS

ALCOBA ESPECIAL

 

Bajo este techo

y protegidos por estas paredes,

¿sabe Dios, cuanto amor

se habrá quedado encerrado?

 

Ellas solas se han impregnado

de tu alegría y mi entusiasmo.

 

En este lecho
hay… tantas cosas,

tantos momentos de nostalgia,

de alegría, de mimos, de caricias,

y porque no de alguna

que otra tristeza.

 

Tras estos muros,

hay… algo especial,

algo que ha quedado encerrado

y que sigue vivo

cada día y cada noche,

¿no sé que es?,

pero lo presiento cuando duermo,

y lo presiento cuando despierto

y te veo mirándome a los ojos

y sonriendo.

 

                                                ¿No se que es?

si una esencia o una luz.

¡No lo sé! pero algo, se que existe.

Y esa misma luz es la que nos impregna

y se rebela cada noche

en esta alcoba.

 

Esa es la verdad,

y eso es lo que siento

tras de estos muros

que alguna noche

nos vieron amarnos y vencernos

existe algo mágico e incierto.


SUCUMBIENDO A TUS HECHIZOS

 

 

Hipnotizada, por tus encantos,

por tus bellos ojos pardos,

dejándome seducir,

por tu mano acariciante

y tus humectantes labios.

 

Sucumbiendo a tus hechizos

bebí la pócima de amor,

que lentamente, con fervor

tú, me habías preparado.

 

Disfrutamos del placer,

en muchos rincones privados,

siempre supiste ofrecer,

el deleite de tus manos.

 

Años de limpio querer

de pasiones entregadas

cuerpo a cuerpo, piel con piel

hasta llegar a obtener

el clímax deseado.

 

Siempre me diste a probar,

esa poción en tus besos,

ofreciéndome a beber,

el fuego que de ellos brota.

 

Se, que mezclabas muy bien

mieles de dulces sabores,

con aromáticas esencias

de flores multicolores.

 

Hoy en medio de este amor,

cruzan aguas turbulentas,

dejando en ellas navegar,

nuestros valles y lagunas,

que son los restos de un calor,

perdido en sus negras dunas.

 

Puede que, mañana al fin,

no naufraguen nuestras vidas

y se aclaren ante mí

estas disipantes dudas.

 

<<<MARISA DEL OLMO>>>


 

 

GOZANDO


Gozando

 

Suavidad de una caricia,

 Que de tierna mano,

Impetuosa se desliza,

Sobre muslos deseados.

 

Deseo de dos lenguas

Que entrelazándose,

Quisieran mojarse,

Mucho más.

 

Delirio de una vana

Sensación,

Ahora quiere excitarse

Con el roce de un pezón.

 

Susurros húmedos

Mojando una cama,

Palpita el pecho,

Se desborda el corazón.

 

Culminando todo en ese momento,

En que un rayo,

Sucumbe en lo más íntimo,

En lo más tierno,

De tus lujuriosas tentaciones.


LA PRIMERA VEZ


LA PRIMERA VEZ

 

 

Desde que lo conoció

había sido siempre

un viento suave y cálido

que soplaba con dulzura

en cualquier dirección.

 

(Ella, aún recordaba con nostalgia,

cuando le susurraba despacito:

“nunca haré nada que te pueda molestar”

y aquellas palabras calaron hondo,

regalándole seguridad).

 

Cuando todo estuvo dispuesto

supieron que había llegado

el momento ideal,

pues sus pupilas adquirieron

una dilatación especial.

 

Dos labios engarzados

en una nueva aventura,

en un enlace sin principio ni final.

 

Dos vidas inocentes

destilando hormonas,

dulzura y felicidad.

 

En aquella mágica

y liviana noche,

donde solo se escuchaba

un silencio magistral,

un jadeante suspiro

rompía el sonido de la oscuridad.

 

Un himen deshilachado,

abierto a la vida y a la fertilidad,

descosido por la juventud de un falo,

hijo de la inocencia

se bebió su virginidad.

 

Y ya nada entre ellos sería lo mismo,

todo tomaría otro cáliz,

su amor adquiriría un matiz universal,

por que el sexo había llegado a sus vidas,

destapando su entrega y su libertad.