- NOCHE DE VERANO
Cae la noche
y ante esta luna
majestuosa,
que se expande
en el infinito,
tiñendo el cielo de plata,
te miro y te contemplo.
Voy deslizando
mi dedo de pluma,
por tu blanca espalda,
deteniéndome
en cada pliegue,
en cada hueco.
Tu piel se espabila
destruyendo su calma,
tu sangre se alborota
ante mi dedo que avanza.
¡Ya no quieres dormir
solo quieres sentir
el placer que se masca!
¡Ya no quieres soñar,
solo quieres probar
el sabor de mi alma!
Marisa del Olmo
27 de agosto de 2011
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