Mis ojos se alimentan de visiones,
que expanden suavemente mis pupilas,
y así sobre este cielo que me cubre,
me extasío para siempre en su infinito.
Perdida estoy en este azul intenso
columpiándome en la cuna de mi vida,
tratando descifrar los mil enigmas,
que amarrados a mi piel
hoy son dolorosos estigmas.
Por más que me pregunte e interrogue,
estas cuestiones no tienen mas respuesta
que aceptar la realidad
que no cambiarla,
y para siempre asumir,
mi fiel destino.
Y este cielo cubierto de algodones
que me ha dejado entre ver
un buen futuro,
he advertido
que hay dos corazones,
que como entraron
se marcharan de mi vida.
Por que es así, la ley de los leones,
que a sus cachorros le dejan libertad,
cuando comprenden que han sido destetados
y por la selva muy pronto vivirán,
siendo de nuevo otros bellos leones
que a su manada muy pronto reunirán.
Ya he comprendido;
hoy se que estoy herida,
pero muy pronto empezaré a remontar,
lamiendo cada gotita de mi sangre,
que hoy me hace sufrir y lamentar.
Pero no piensen que los deje desamparados
por que ellos siempre sabrán donde buscar,
a esta mujer que un día fue su guía,
y que por siempre les ayudo a caminar.
Marisa del Olmo.-
2 de octubre de 2011.
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Ana (martes, 04 octubre 2011 13:13)
Querida amiga: este poema es muy bello en el nos hablas de una madre que ve a sus hijos crecer y comienza a asumir que pronto se haran hombres y ya no la necesitarán tanto como ahora. Que seas feliz.